¿Te has preguntado alguna vez si amas el whisky?

¿Estás viviendo un whisky affaire ?

¿Recuerdas cómo os conocisteis?

¿Fue por casualidad o el fruto de algo planeado?

¿Alguna vez lo has dejado de lado y has vuelto a él sabiendo que es el fin último?

Tan sólo son preguntas que pueden no tener respuesta o puede que sí.

Puede que nunca te las hayas planteado o que lo hayas hecho y sepas perfectamente la relación que existe entre el whisky y tú (aquí hablamos de whisky, pero cualquier destilado que te apasione es totalmente aceptable como sinónimo, ya sea whiskey, bourbon, ginebra, brandy, armagnac, cognac, … )

En mi caso apareció de la nada. No tenía ninguna referencia directa hacia él, tan sólo conocía la existencia del café y el vino (más concretamente, del fino y la manzanilla), así que te puedes imaginar lo lejos, y a la vez tan cerca, que me encontraba del whisky.

Barriles del patio de la destilería

Barriles del patio de la destilería

No voy a descubrir nada nuevo acerca del “agua de vida” que otros no hayan dicho ya (y encima con mejores palabras, datos bien documentados y conocimiento de la materia).

Pero como me gusta creer y suelo decir, el objetivo no es el fin sino el camino que recorres hasta conseguirlo, y en este aspecto, creo que he recorrido bastante, más de lo que nunca creí pero soy consciente de lo mucho que me queda por delante.

Todo comienza con una palabra, whisky. No sabes quién la ha pronunciado ni porqué pero la curiosidad innata que todos tenemos nos lleva a querer saber más.

 

¿Qué es el whisky?

Alguien te explica qué es un tipo de alcohol, como muchos otros, pero a su vez te dicen que es para tipos duros. ¿Acaso no lo soy? Adelante! Muchos otros te dicen que es para gente mayor y en este caso no se equivocan, siendo menor de edad, casi todo el mundo a tu alrededor es mayor que tú.

La primera referencia que conocí fue una combinado de bebida gasificada y el susodicho, con mucho hielo. Fue de oídas, todavía no habíamos llegado a presentarnos, pero el embrión del conocimiento ya estaba latente.

¿Es una bebida refrescante? Pues claro, lleva gran cantidad de hielo. Interesante, pero entonces en épocas frías no es recomendable, ¿no? (qué equivocado estaba, ¿no crees?)

 

La primera toma de contacto

La primera toma de contacto fue totalmente lo contrario a lo que me habían contado y me rompió todos los esquemas que llevaba establecidos acerca de lo que significaba el whisky.

Final de una cena, amigos de mayor edad y alguien lo pide. Admiración, ahí llega la botella. El camarero sirve el destilado, de color amarillo oscuro en vaso de chupito. Algo va mal, a mí no me habían contado ésto así.

No llegó a ser una cata.

Nada de saborear, oler, admirar los matices del color amarillo, de repente un sorbo largo, se acabó el chupito. ¿Y bien? Pues sin más, ¿tanto revuelo para ésto?

El siguiente paso es probar aquello que te habían contado por cierto y que entiendes que tiene que ser un dogma de fe.

Vaso de tubo, mucho hielo, bebida con gas y whisky. Correcto, refrescante, con un punto amargo (si te gusta el amargor del café, algo se asemeja, en aquella época todo era nuevo, así que se perdonan los matices de sabor).

Cuando ya estás habituado a ese combinado, a ese “affaire” entre el whisky y tú, algo vuelve a romper lo establecido. No tienen “tú” marca. Así que optas por otra, total, es whisky, ¿no?

Espera, algo pasa aquí, ésto sabe diferente. ¿Será el hielo? ¿Será la bebida con gas? ¿No será que el último factor de la ecuación es lo que aporta otro sabor? No es posible, es whisky, tiene el mismo color, ¿sabe igual?, ¿huele igual?, cuesta lo mismo. Ya me están volviendo a romper los esquemas.

Como empezó mi whisky affaire

Como empezó mi whisky affaire

Años después estoy en un restaurante y un comensal pide, como digestivo, un whisky. El éxtasis llega de la mano de un Glenfiddich 12. De nuevo, alguien ha roto los esquemas que tenía establecidos y me ha encauzado de nuevo.

Éste fue el momento en el que fui consciente de la estrecha relación que podría llegar a tener con el whisky.

 

Mi whisky affaire

A partir de aquí sólo quedaba la investigación y curiosidad, todo whisky affaire lo requiere y éste no iba a ser menos. ¿Te reconoces buscando información sobre destilerías y sus productos?

A partir de aquí todo toma una dimensión distinta, todavía no sé el motivo que me hizo fijarme en la que en su día fue conocida como la “destilería más pequeña de Escocia” (actualmente es “la pequeña gema de Escocia”).

Edradour, la pequeña gema del whisky escocés

Edradour, la pequeña gema del whisky escocés

Puedo decir incluso más, en muchos establecimientos no se puede adquirir cualquier whisky y aquí me doy cuenta de la dimensión tan grande que tiene el whisky, algo que ni de lejos podía imaginarme.

He dicho que el camino es largo pero siempre acabo volviendo a la misma destilería como punto de referencia para comparar, contrastar y dirigirme hacia nuevos horizontes.

Sólo conociendo muy bien un whisky puedes investigar otros (aunque como sabemos, los lotes pueden sufrir variaciones con el paso de los años).

Un consejo: Si sólo te centras en el que te gusta te estás perdiendo un universo infinito, arriésgate, no tengas prejuicios, disfruta con lo desconocido.

Cualquier whisky affaire tiene que estar bien documentado y es por eso que el primer libro que compré sobre whisky no podría ser otro que el del gran Michael Jackson, la última edición antes de su muerte. Cada cierto tiempo lo vuelvo a leer porque siempre se encuentran matices nuevos, detalles que en su momento se pasaron por alto y ahora te sorprenden.

Una asignatura pendiente

Algo estaba pendiente, desde hacía muchos años, quizá demasiados.

Escocia siempre había estado en mi mente y eso que ni conocía la existencia del whisky, así que, por fin, viajé para conocer el país.

Obviamente, parte del viaje estaba centrado en explorar nuevos horizontes de mi whisky affaire. Y vaya si lo conseguí …

La primera destilería tenía que ser, de forma obligatoria, Edradour.

Luego vinieron Blair Athol, Kingsbarn, Daftmill, Inchgower, Aultmore, Strathmill, Strathisla, Macallan, Glenallachie, Glenfarclas, Oban, Springbank, Glen Scotia, Holyrood.

La destilería de Daftmill en Fife

La destilería de Daftmill en Fife

También las visitas a la SMWS en Leith y al archifamoso, Bon Accord en Glasgow.

Muchas son las anécdotas y espero que el futuro depare muchas más, pero me quedo con los escenarios de todas y cada una de las destilerías visitadas, en tour o por libre; haber visitado la sede de Gordon and MacPhail en Elgin; haber conocido a un “copper” que trabajaba para Forsyths y una visita en exclusiva a una destilería realizada por el mismo dueño y Master Distiller.

Todo ello conforma mi whisky affaire … ¿te has planteado el tuyo?

¡Salud!

Miguel Gomulo (Whiskylover)